ya era hora de un cambio no? xD
pues bueno hoy os traigo algunas leyendas japonesas :P
El alma de las mariposas:
Un muchacho y una joven que compartían una gran pasión por la jardinería contrajeron matrimonio. Vivían juntos y dichosos, y su amor por las plantas sólo se veía sobrepasado por el placer que encontraba cada uno en la compañía del otro. Al cabo de los años tuvieron un hijo que, afortunadamente, heredó el interés de sus padres por las plantas. Llegados a la vejez, éstos murieron con escasos días de diferencia, cuando el hijo era todavía joven. el mucacho asumió la responsabilidad de cuidar el jardín, con el esmero y la devoción que había aprendido de sus padres. En la primavera que siguió a la muerte de ambos, vio cada día dos mariposas en el jardín. Cierta noche soñó que su madre y su padre paseaban por su amado jardín observando detenidamente aquellas plantas que tan bien conocián para ver cómo crecían cuidadas por el joven. De repente, los dos ancianos se conviertieron en dos mariposas, pero prosiguieron su ronda por el jardín, posándose en las flores. Al día siguiente, el muchacho vio que la pareja de mariposas seguía en el jardín, y comprendió que contenían las almas de sus padres: continuaban disfrutando del placer en que habían ocupado sus vidas.
Fue en el período Kamakura (siglos XII y XIII) cuando emergió un budismo auténticamente japonés. A Honen y a su discípulo Shinran se debió la difusión de la escuela del jodo entre el pueblo sencillo, por lo que cabe atribuirles el mérito de la inmensa popularidad que alcanzó desde entonces. El jodo hizo accesible el budismo mediante la afirmación de que cualuquiera podía conseguir la iluminación abandonándose al Buda Amida, y el budismo popular reconoció muchos dioses, incluidos los siete dioses de la fortuna.
LA LEYENDA DE TANABATA
Hace mucho, mucho tiempo vivió una hermosa joven
llamada Orihime, hija del rey del Cielo. Cuenta la
leyenda que Orihime disfrutaba tejiendo vestidos
para su padre y encontraba en esta actividad todo lo
que podía desear para ser feliz. Así pasaba
plácidamente los días en la Llanura Alta del Cielo,
absorbida en su trabajo y al ritmo del monótono
sonido de la lanzadera del telar. Pero una mañana,
al dirigirse al telar, Orihime vio a un joven y
apuesto pastor de bueyes llamado Hikoboshi y se
enamoró perdidamente de él. Aunque mantuvieron el
romance en secreto, el rey del Cielo advirtió en su
hija el amor que sentía por Hikoboshi y les unió en
matrimonio.
Sin embargo, la felicidad no iba a durar mucho. Su
apasionado amor y el indescrïptible gozo que sentían
por el mero hecho de estar juntos provocó que
descuidaran sus deberes; Orihime dejó de tejer y
Hikoboshi abandonó los bueyes a su suerte. Si en un
principio el rey del Cielo toleró con indulgencia
este comportamiento, no tardó en tener que tomar
medidas drásticas ante el cariz que había adquirido
la situación. Fue así como castigó a los dos amantes
y los separó para siempre convirtiéndolos en
estrellas. Pero separar a dos enamorados por toda la
eternidad sin perspectivas de reencontrarse era
demasiado cruel; así que les fue concedida la
posibilidad de volver a verse una noche cada año, la
noche del séptimo día del séptimo mes. Esa noche las
urracas acuden a volar sobre el río Celestial y con
las alas totalmente desplegadas forman un puente por
el que Hikoboshi cruza el río camino de los brazos
de su amada. Terminada la noche, él vuelve a su
trabajo de pastor de bueyes y ella se queda
tejiendo, anhelando ambos el próximo reencuentro.
Desgraciadamente para los amantes, su encuentro
anual depende de las condiciones meteorológicas: si
esa noche está despejada, también lo estará el
camino que les unirá. Pero si esa noche llueve, la
crecida del río Celestial impedirá a las urracas
formar el puente. La lluvia de esa noche es más
triste que las de las demás noches y por ello se
llama la lluvia de las lágrimas.
La princesa y el pastor:
Según otra historia, popular en toda Asia y con numerosas versiones, el Emperador de Jade tenía una hija llamada Zhinu (织女, 織女, Zhīnǚ, literalmente "la muchacha tejedora"), a la que con frecuencia se representa tejiendo nubes de colores en el cielo. Según otras versiones, era una costurera que trabajaba para el Emperador. Todos los días bajaba a la tierra con la ayuda de una túnica mágica para bañarse. Un día, un modesto pastor llamado Niulang (牛郎, Niúláng, "el boyero", "el vaquero") vio cómo Zhinu se bañaba en el río y se enamoró de ella. Robó su túnica mágica, que ella había dejado junto a la orilla, e impidió así que volviera al cielo. Cuando Zhinu salió del agua, Niulang se la llevó a su casa.
Cuando el Emperador de Jade se enteró de lo sucedido enfureció, pero fue incapaz de hacer nada ya que para por entonces su hija se había enamorado del pastor y se habían casado. Sin embargo, al pasar el tiempo, Zhinu sintió nostalgia de su casa y quiso ir a visitar a su padre. Encontró la túnica mágica, que su marido había escondido en una caja, y volvió al cielo. Una vez que hubo regresado, el Emperador trazó un río en medio del firmamento (la Vía Láctea) para que Zhinu fuera incapaz de regresar con su marido. Pero sintió lástima de los jóvenes amantes y el séptimo día del séptimo mes del calendario lunar permite que se encuentren en un puente sobre el río.
~Kalí~
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